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José Miguel Carrera (1785 - 1821)


Nació en Santiago el 15 de Octubre de 1785, siendo su padre el coronel de las milicias reales Ignacio de la Carrera, y su madre, Paula Verdugo, miembro de la aristocracia santiaguina.

Como era costumbre en las familias nobles de aquella época, a la edad de 9 años se incorpora como cadete del Regimiento de Caballería del Príncipe y en 1797, con 12 años de edad, ya era Alférez.

Luego de sus aventuras amorosas en Santiago y El Monte, su padre lo envía a Lima a cargo de un tío con quien debía a aprender la carrera de comercio. Éste cambio no le afecta, cae preso en la fragata Castor, en el Callao, pero su carácter franco y simpático se ganó la amistad de los españoles que debían ser sus guardianes y pronto consigue fugarse de vuelta a Chile.

En 1807 es enviado por su padre a España y se enrola en los Voluntarios de Madrid y los Husares de Farnesio, organizaciones del ejército español que luchan contra Napoleón. En esta etapa participa en más de veinte batallas, una de ellas, la batalla de Ocaña, en donde fue herido el 19 de Noviembre de 1809. Producto de la herida fue trasladado a Cádiz, donde es condecorado con la Cruz de Talavera y ascendido a Sargento Mayor del Regimiento de Husares de Galicia (1810); en este puerto español es donde conoce a José de San Martín y, además, se entera del ambiente independentista que había en Chile y de la instauración de la Primera Junta de Gobierno en Santiago, en la cual su padre formaba parte. Por esta razón decide regresar a Chile el 26 de Julio de 1811.

Ya en Santiago, el 4 de Septiembre de 1811 participó en un complot que llevó a la familia Larraín al gobierno, pero Carrera no tardó en darse cuenta de que los hombres que él mismo había contribuido en forma decisiva a elevar al poder, no solo no le daban influencia, sino que también intentaban alejarlo en cualquier forma, por lo que junto con sus hermanos llevó a cabo otro golpe de Estado, el 15 de Noviembre del mismo año, que esta vez, lo llevó a él mismo a formar parte de una nueva Junta de Gobierno, representando a la provincia de Santiago.

La disolución del Congreso, el 2 de Diciembre de 1811, lo enemistó con don Juan Martínez de Rozas, representante de Concepción, lo cual casi desencadena la guerra civil, pero la mediación de Bernardo O’Higgins evitó el conflicto y José Miguel Carrera fue nombrado Presidente del gobierno.

Durante se mandato (1811 – 1813) llevó a cabo numerosas iniciativas y obras. Entre las más importantes están:

· Creó la Aurora de Chile, el primero periódico nacional
· Se promulgó la primera Constitución Política, denominada “Reglamento Constitucional de 1812”, en el cual se establecía que ninguna orden que viniese de afuera de Chile tendría efecto. También establecía una Junta de Gobierno y un Senado de siete miembros.
· Dispuso que los monasterios tuvieran escuelas de hombres y de mujeres
· Mejoró los hospitales de Santiago
· Se crearon la primera bandera y el primer escudo nacional

Guerra por la Independencia
Al enterarse de la noticia de que fuerzas peruanas de Antonio Pareja enviadas por el virrey del Perú, Fernando de Abascal, habían invadido Chile, Carrera abandonó la vida política y asumió el mando del ejército como comandante en jefe.
Pareja, desde su desembarco en Chiloé logró reunir más de 5.000 hombres y tenía además a la mayoría de la opinión pública de la región, irritada a causa de haber quedado muy empobrecida tras las contiendas de 1812.

Por otro lado, ante el avance de Pareja, Carrera logra concretar sus tropas –formadas por 4.600 hombres- en Talcahuano, donde fue apoyado por Juan Mackenna y Bernardo O’Higgins. Los enfrentamientos contra el ejército realista se realizaron en Yerbas Buenas, San Carlos, Talcahuano y Chillán.

El fracaso sufrido en la batalla librada en Chillán, fue el motivo por el cual la Junta de Gobierno removió a Carrera de su cargo de comando del Ejército y en su lugar colocó a Bernardo O’Higgins, en Enero de 1814.

El 3 de Mayo de 1814 se firmó el Tratado de Lircay*, que ayuda a Carrera a librarse de los españoles que lo tomaron preso la madrugada del 3 de marzo luego de entregar el mando en Concepción, dirigiéndose a Santiago.

El 23 de Julio de 1814, Carrera encabeza otro golpe de Estado que depone al Director Supremo, Francisco de la Lastra y asume en su reemplazo.

En el Tratado de Lircay se incluyó un artículo secreto que establecía que José Miguel y Luis Carrera serían entregados al gobierno y luego deportados. Tras la destitución de Francisco de La Lastra, se realizó un cabildo abierto que designó una junta de gobierno integrada por Carrera, el sacerdote Uribe y Muñoz Urzúa. La junta desterró a Mandoza a muchos miembros de la familia de los Ochocientos*, como Mackenna e Isarri, lo que agravó mucho más la división de los patriotas.

Carrera, al ser desconocido como Director Supremo, se enfrenta a O’Higgins en el combate de Las Tres Acequias, el 26 de Agosto de 1814. O’Higgins planeaba reanudar las operaciones, pero la noticia de que el Virrey había enviado a Chile una nueva expedición a cargo de Mariano Osorio, obligó a los O’Higginistas y Carrerinos a reconciliarse para repeler el ataque de Osorio y así salvar la revolución. La falta de materiales de guerra y la celeridad de Osorio impiden una buena organización y se produce el “Desastre de Rancagua”, donde son abatidas las fuerzas patriotas encabezadas por O’Higgins.

Carrera emigra a Mendoza con lo que quedaba de su ejército, donde se enemista con el Gobernador y por ello es tomado prisionero y enviado a Buenos Aires, desde donde viaja a los Estados Unidos de Norteamérica en busca de ayuda para reconquistar Chile. Se entrevistó con James Madison, es Presidente de esa nación y muchas otras personalidades influyentes. Gracias al apoyo del Comodoro Davis Porter, logró organizar una escuadrilla de cuatro bloques en los que izó el pabellón nacional y embarcó una considerable cantidad de armas, municiones y pertrechos y una brillante oficialidad extranjera.

Arribó a Buenos Aires, en Enero de 1816, donde retienen las naves y lo toman preso, logra fugarse y se dirige a Montevideo, desde donde se entera de del asesinato de sus hermanos por el Gobernador Toribio Luziriaga y por Bernardo Monteagudo, en la ciudad de Mendoza.

Luego de la Muerte de sus hermanos
En 1819, desde Montevideo, manda panfletos a Buenos Aires y a las Provincias Unidad del Río de la Plata, propiciando el estado federativo y denunciando los intentos de José de San Martín y Juan Martín de Pueyrredón de establecer una Monarquía.

Es expulsado de Montevideo y se une a los caudillos de las provincias del norte de Buenos Aires y vencen a las fuerzas de Pueyrredón, instalando en el poder a Manuel de Sarratea, amigo suyo, quien establece el estado federativo que permanece hasta hoy.

Tratando de Regresar a Chile, en 1821, vence al gobernador de Mendoza y al Jefe de las fuerzas de San Luis y ocupó la capital de la provincia.

Desde San Luis inició una nueva campaña para unirse al General Francisco Ramírez, y emprender una acción contra Buenos Aires. El nombre de José Miguel Carrera llenaba la pampa y todos deseaban su destrucción. La campaña con Ramírez fracasó y se retira hacia San Luis luego de derrotar las fuerzas de Mendoza, en el sangriento combate de Rio Cuarto, realizado solo con armas blancas.

Conocedor O’Higgins del peligro que Carrera representaba para su gobierno si lograba pasar a Chile, envió dos medios para reforzar a sus opositores, siendo Carrera derrotado el 21 de Agosto de 1821 en El Médano y retirándose hacia Jocolí es traicionado por el Comandante cordobés Maniel Arias y es tomado prisionero. Conducido a Mendoza es procesado por un tribunal militar y condenado a muerte.

El 4 de Septiembre de 1821 es fusilado un gran patriota, cuyas obras perduran hasta el día de hoy.

Como una expiación a lo sucedido, el Gobierno de Chile hizo grabar sobre su tumba:

"LA PATRIA A LOS CARRERA, AGRADECIDA DE SUS SERVICIOS Y COMPADECIDA DE SUS DESGRACIAS".


Tratado de Lircay:


Se firmó el 3 de mayo de 1814, entre las fuerzas realistas representadas por Gabino Gaínza, y las fuerzas patriotas comandadas por Bernardo O'Higgins Riquelme.

Este acuerdo contaba de 16 artículos, en los que en términos generales estipulaban lo siguiente: los patriotas reconocían su dependencia de España, pero conservaban el derecho de auto gobernarse, mientras que los realistas consentían en dejar subsistiendo el gobierno establecido en Chile y evacuar sus tropas del territorio en el lapso de un mes. Adicionalmente, se aprobó la sustitución de la bandera chilena por la antigua bandera española, acordando además, que los prisioneros de guerra de ambos bandos serían liberados.

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